Prefieren creer en teorías conspirativas
Algunas personas no creen en el cambio climático y prefieren creer en teorías conspirativas porque es más cómodo. Por ejemplo, una de las teorías conspirativas más conocidas dice que el cambio climático es solo un invento de los gobiernos o de los científicos, para asustar a la gente y hacer que paguen más impuestos o compren productos "ecológicos". Según esta teoría, no hay un verdadero problema con el clima, todo es una farsa.
Esta teoría es atractiva porque no exige que las personas cambien sus hábitos, como reducir el uso de plásticos o ahorrar energía. Es más sencillo pensar que no tienen que hacer nada, que enfrentar la realidad de que nuestras acciones están afectando al planeta. Sin embargo, los científicos han demostrado, con datos y pruebas, que el cambio climático es real y está siendo causado por cosas como la quema de combustibles fósiles y la destrucción de bosques. Aunque algunas personas prefieren no creerlo, la ciencia nos da pruebas claras de que debemos tomar medidas para proteger nuestro futuro